Pero como la misma historia del pendejito del ingenuo Ícaro que quizó llegar al sol y se le aguaron sus alitas, así también lentamente, casi imperceptible, el hielito se va derritiendo. El hielito se va haciendo agua.
La seguridad es así. Un día cualquiera se derrite, y generalmente es de poquito en poquito. Lentamente va viendo uno cada vez más lejos el sol. Cada vez se siente uno menos cerca del "algún día" prometido. Llega el momento en el que uno ve para el suelo y se encuentra uno sobre el charcote de su seguridad derretida.
Me pregunto si el chiste es buscar otro hielo, ir saltando de cubito en cubito, o si finalmente se trata de buscar algo que no se derrita.
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