I - Cascarrabias Gruñón
Hubo una vez un señor mezquino, rabioso, poseído por sus miles de demonios y años de vida. Un perfecto bilioso. Su nombre (como se le conocía) era Don Cascarrabias Gruñón.
Un día recibió una llamada y al instante proclamó su ira iniciando una verdadera trifulca telefónica, mientras vomitaba tempestades y maldiciones.
Al cabo de 3 horas y 25 minutos se dio cuenta de dos cosas importantes:
- La llamada era a un número telefónico equivocado.
- Él nunca tuvo teléfono.
1 comentarios:
jajajajaja
Saludos.
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