I
(Sexo - Pt. 1)
(Sexo - Pt. 1)
Por aquí hablan de sexo: sexo con esta, con aquella, con los culitos, con las chavas, con mujeres, con hombres, con perros, con almohadas, con condón, al natural, por arriba, por abajo, con prisa, despacito, por rabia, por despecho, por compromiso, por delante, por detrás, antes, después, con uno, con muchos, con todos... en fin, todos lo hacen, todos lo entienden, todos lo quieren.
Algunos lo describen como abrir las puertas del cielo, otros como bajar al infierno... otros más, simplemente hablan de cuántas, otros de con quién y otros por cuánto tiempo... uno por allá me dijo una vez: "A esta edad, es sólo sexo...".
Pues entre todo, he aprendido que el sexo va un poco más allá del abrir las patas y clavar algo en otro cuerpo, más que la desnudez inclusive, más que el contacto a veces. Sobre todo he aprendido que el sexo no es algo físico, ni algo que se hace: es más subjetivo, es algo que se siente... y no, no me refiero a aspectos ni morales, ni éticos, ni románticos, ni ingenuidades sugestivas. Sexo he tenido, más del que alguien podría necesitar quizás a esta edad...
Alguien me contaba que los delfines y el ser humano son los únicos animales que se "aparean" por placer, por quitarse las ganas, porque le encuentran el saborcito y el puro feelin'. Sin embargo, los humanos son los únicos animales que pagan por sexo. ¿Es que somos lo suficientemente poco civilizados para pagar por sexo? Es que hoy basta con salir a un bar, invitar a un par de tragos, hacer la proposición, tener una llave para un cuarto para una cama. Y no que yo lo diga, el Beto lo confirma.
Beto se sienta unas 2 horas a contarme sus historias sexuales, copulativas, fetichistas y voyeuristas. Beto se sienta dos horas completas a compartirme sus anécdotas... bolo o sobrio, siempre habla de gringas, finlandesas, suecas, inglesas, holandesas, todas sus víctimas (o él víctima de todas, porque en sus palabras él no se las coge, ellas se lo cogen a él). Beto siempre me invita a La Antigua, habla de La Antigua como si fuera el centro del mundo, porque ahí las extranjeras, canchitas buenotas "no andan buscando que las invités, ni que las chuliés, ni que les digás piropos: ellas quieren coger, rico y rápido..."
La verdad es que a veces me da cargo de conciencia, porque creo que Andrea finalmente preferiría que no hubiera sido yo quien le quitara la virginidad. A veces me enferman mis fantasmas... a veces me pongo mal porque la conciencia me tira piedras sobre las intenciones.
En fin, creo que el sexo está sobrevalorado por estas latitudes y al mismo tiempo tan satanizado y pobremente apreciado que uno no sabe si patearlo, cogérselo o escupirle cuando lo mira.
Algunos lo describen como abrir las puertas del cielo, otros como bajar al infierno... otros más, simplemente hablan de cuántas, otros de con quién y otros por cuánto tiempo... uno por allá me dijo una vez: "A esta edad, es sólo sexo...".
II
(En lo personal...)
Pues entre todo, he aprendido que el sexo va un poco más allá del abrir las patas y clavar algo en otro cuerpo, más que la desnudez inclusive, más que el contacto a veces. Sobre todo he aprendido que el sexo no es algo físico, ni algo que se hace: es más subjetivo, es algo que se siente... y no, no me refiero a aspectos ni morales, ni éticos, ni románticos, ni ingenuidades sugestivas. Sexo he tenido, más del que alguien podría necesitar quizás a esta edad...
III
(Pagar)
(Pagar)
Alguien me contaba que los delfines y el ser humano son los únicos animales que se "aparean" por placer, por quitarse las ganas, porque le encuentran el saborcito y el puro feelin'. Sin embargo, los humanos son los únicos animales que pagan por sexo. ¿Es que somos lo suficientemente poco civilizados para pagar por sexo? Es que hoy basta con salir a un bar, invitar a un par de tragos, hacer la proposición, tener una llave para un cuarto para una cama. Y no que yo lo diga, el Beto lo confirma.
IV
(Beto)
(Beto)
Beto se sienta unas 2 horas a contarme sus historias sexuales, copulativas, fetichistas y voyeuristas. Beto se sienta dos horas completas a compartirme sus anécdotas... bolo o sobrio, siempre habla de gringas, finlandesas, suecas, inglesas, holandesas, todas sus víctimas (o él víctima de todas, porque en sus palabras él no se las coge, ellas se lo cogen a él). Beto siempre me invita a La Antigua, habla de La Antigua como si fuera el centro del mundo, porque ahí las extranjeras, canchitas buenotas "no andan buscando que las invités, ni que las chuliés, ni que les digás piropos: ellas quieren coger, rico y rápido..."
V
(Reflexión)
(Reflexión)
La verdad es que a veces me da cargo de conciencia, porque creo que Andrea finalmente preferiría que no hubiera sido yo quien le quitara la virginidad. A veces me enferman mis fantasmas... a veces me pongo mal porque la conciencia me tira piedras sobre las intenciones.
En fin, creo que el sexo está sobrevalorado por estas latitudes y al mismo tiempo tan satanizado y pobremente apreciado que uno no sabe si patearlo, cogérselo o escupirle cuando lo mira.
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