El agujero del centro de la ciudad

Se hizo un agujero en el centro de la ciudad. Ahí mismo en medio de todo, entre la avenida principal y la calle más larga y transitada, dónde todos circulamos, donde todos nos juntamos a hacer algo de tráfico y bulla de bocinas bélicas, voces gritantes, miradas asesinas y señales de dedos medios rabiosos y manos extendidas temblorosas. Ahí y en la hora más poblada de la intersección, se abrió la tierra.

Un par de carros fueron tragados y unos 10 peatones desaparecieron. Todo el bullicio se hizo silencio y no se oyó más que el crujir del asfalto mientras caía al vacío que seguramente se abría hasta el centro del planeta. Bocas abiertas y miradas incrédulas acompañaron el momento.

Al día siguiente más de mil personas desaparecieron al caer dentro del inmenso agujero ya que no se señalizó correctamente la zona.

Las autoridades han tratado de lavarse las manos pero la verdad es que ni ellos podrán hacer algo para remediar el problema ni ocultar el asunto.

Día con día crece el cráter. Día con día la tierra cae y desaparece en las sombras del abismo incontenible que nació un día en medio de la ciudad, en medio del tráfico de las 5:32 de la tarde de un jueves cualquiera.

Pareciera que el plan de la Tierra misma es devorarnos. Pareciera que algo va a nacer de nuestros restos. Pareciera que ya dormí suficiente. Pareciera que este sueño se va a hacer realidad... algún día...

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