sino por todo lo contrario,
porque no pensé que fuera especial
no era necesario que fuera especial
no era su función ser especial...
pero bien que le salió.
usted no es especial porque sea especial
no es menos o más humana que yo
pero suelta palabras necesarias
repartidas con humildad
y con siniestra honestidad
honestidad brutal (como el disco)
a lo bandido y con todo el respeto del mundo,
tomando lugar en el inconsciente más consciente
y en las señales más para acá y menos para allá.
¿cómo funciona la vida?
jamás lo sabremos y no importa
usted lo confirma y habla de desentender
desarreglar, desaprender descontrolar
y claro,
sí,
de desquerer.
uno no se imagina las naranjas
ni las manzanas
ni los bombones
ni el gesto que le recuerda a uno lo frágil
que le recuerdan a uno la vida
que le recuerdan a uno los sueños
como la cabeza apoyada en el hombro.
uno no se imagina para nada las canciones que llegan
ni la noche peleada con la luna
ni los tragos ni los tacos
ni el abrazo que llega sorpresivo y exacto
ni las palabras que llegan exactas.
uno no se imagina la necesidad
de alguien afuera de todo
ni el momento ni el lugar
uno no se imagina el impacto
ni el dolor, ni la felicidad que llegan al mismo tiempo
ni el pesar bailando con la esperanza
ni el zumbido del aire reventándome los ojos
ni las horas martillándome la resignación.
nada anunciado y usted la menos especial de todas
pero no por decisión ni por convicción sino por las circunstancias.
llego a la conclusión que la verdadera amistad no es para siempre
ni para nunca ni es eterna ni constante,
la amistad es de a poquitos, momentánea, circunstancial,
oportuna, absoluta,
viene en trocitos, se da cuando se necesita
como medicina curandera naturista.
usted la menos especial, así,
de la que menos esperaba algo.
usted: muy bien.
usted: la más especial del mundo.
(un abrazote en serio y sincero)
