Si yo me acuerdo

Hay fantasmas por donde sea aquí dentro,
espíritus chocarreros, almas en pena,
pequeños pedazos de ti por todos lados reviviendo a cada rato
que reviven de vez en cuando para recordarme que aún no te olvido.

Hay fantasmas en mi cuarto,
en la sala y en los pasillos,
ánimas desqueridas, memorias,
silencios que no dejan de sonar,
que se despiertan de repente
para contarme la historia que no me contaste
para traerte de regreso entre las garras de algún pasado muy presente,
oliendo a veces como nuestro futuro tan pasado
y que aún siento como este mi presente sin futuro.

Tú no te fuiste, si yo me acuerdo,
si apenas has logrado salir de este encierro que todavía es nuestro,
si apenas mi cama a dejado de oler a tu pelo,
si apenas se ha borrado el mensaje que me dejaste escrito en el vidrio empañado de mi carro,
si apenas las fotos han olvidado las formas de tu cara,
si apenas he logrado asimilar que ya te fuiste,
si apenas me he creído todo esto que aún no entiendo.

Por poquitos y a veces, lloro por los muertos que no reviven,
por el amor y nuestras ganas, por tus chistes y mis gruñidos,
por tus gritos y mi histeria, por tus dulces y mis carcajadas,
por nuestra disposición resignada,
aliada al despecho orgulloso y sus secuaces.

Pero hay otros muertos que no descansan y que no terminan de morirse;
son los mismos que me atormentan si estoy solo,
que se aparecen si cierro las cortinas y me refugio en el silencio
o entre el vacío que me dejaste desde los labios hasta los brazos.

Aquí no se te olvida, corazón fantasma,
porque tus zombies aún se mueven tras mis pasos
esperando que me les una en la procesión macabra
de caminar muerto en vida por las calles
de dormir bien despierto por las madrugadas
de levantarme y desear que todo sea un mal sueño
y que alguna mañana de marzo finalmente
extenderé la mano sin abrir los ojos,
y volveré a sentir tu corazón marchando bajo las sábanas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

...de dormir bien despierto por las madrugadas
de levantarme y desear que todo sea un mal sueño
y que alguna mañana de marzo finalmente
extenderé la mano sin abrir los ojos,
y volveré a sentir tu corazón...

No creo en las coincidencias... pero a veces es tan inevitable identificarse con palabras-historias extrañas-ajenas...

¡Saludos! :)