La niña y la bestia

Ahí está la bestia
enfática, superflua,
revestida de toneladas de maquillaje
buscando verse como algo con nombre,
como un dios pagano viviente,
como un manifestación de lo sobrenatural.

Va la bestia revolviendo los vestidos,
derrocando la inocencia,
desvistiendo el corazón,
acorralando sutilmente
a la doncella amante de los Beatles,
loca por los Beatles,
la Lucy de los Beatles.

Guía la doncella, sin embargo,
la mano de la bestia
porque la bestia a pesar de su desintegrada imagen,
busca amor, amor imposible,
amor tan imposible.

Es la doncella artífice del momento,
es la princesa, niña de chocolates y paletas,
de besitos y estrellas,
es ella muñeca del diablo,
la que atrapa finalmente a la bestia.

Ella, el ángel que esconde al demonio,
el cielo que alberga un infierno,
la tormenta disfrazada de día inédito: pura belleza.

Es ella la que toma el control
la que vence a la bestia con un beso
con el baile demente de su lengua,
los brincos pronunciados
los gemidos delincuentes
los temblores espaciales
los destellos inconscientes
de pasión desenfrenada.

Es ella después de todo, quien abre sus alas
y confiesa su procedencia.

Hoy. es ella quien se lleva a la bestia entre sus alas.

Mañana es la bestia quien se la llevará a ella entre las piernas.

1 comentarios:

Gabriel Woltke dijo...

he visto niñas tomando cerveza como animales y bestias llorando cuando amanecen en resaca.

en fin...
buenos textos.